Las Islas Canarias ofrecen al viajero
una gran variedad de paisajes y un clima envidiable y esto hace que el
turismo sea su principal actividad económica. Es por ello que hay un sin número
de ofertas y descuentos en todo el sector, como por ejemplo las ofertas
coches de alquiler en las islas, así como los restaurantes, las
gasolineras o las tiendas de alimentación, son solo algunos ejemplos de negocios
que se benefician indirectamente del boom turístico, pero hay otros sectores
que se movilizan con él.
Hablando de los coches de alquiler,
cabe destacar que ésta no es sólo una actividad que realicen los turistas que
llegan, sino también las agencias de viajes, grupos de jubilados y escolares,
etc. Y todo este tráfico genera ingresos en forma de impuestos o peajes, por
ejemplo. Pero el turismo no sólo genera ingresos, también conlleva gastos,
económicos y, lo que es peor, ecológicos.
Los expertos aseguran que Gran Canaria en particular y España en
general, deben replantearse su modelo turístico. Basar nuestra imagen país en
turismo de ladrillo y borrachera genera efectos nocivos para el medio ambiente,
ya que con frecuencia se construye en, o cerca, de zonas protegidas; además las
hordas de turistas que sol, playa y alcohol generan gastos sanitarios y en seguridad y limpieza
urbana, además de los perjuicios generados por la conflictividad, el tráfico de
mujeres que acompaña a la prostitución, el alcoholismo, el ruido para los
vecinos… por poner sólo unos ejemplos.
Frente a estos desafíos surgen
alternativas sostenibles como el turismo rural, que, si bien tiene impacto en
el entorno que lo acoge, es un impacto menor, ya que aprovecha y regenera
viejas infraestructuras como viviendas antiguas y va muchas veces acompañado de
la reconstrucción de pueblos, de la práctica de agricultura ecológica, de
coches de alquiler eléctricos o de tracción
humana, como la bicicleta o el remo.
Uno de los ejemplos de pueblos
tradicionales que están desarrollando un modelo de turismo sostenible es Vega de San Mateo: poco explotado por el turismo
tradicional, el municipio está despertando al turismo rural, lo que abre unas
enormes posibilidades a, por ejemplo, el enoturismo, ya que la región es
vinícola.
Los expertos alertan de que el abandono
del campo y de la agricultura son críticos en las islas. Está en la mano de las
Administraciones revertir esa tendencia, pero no sólo: también depende de
nosotros, de nuestras elecciones, emprendimientos y de nuestro modo de vida.
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