lunes, 24 de septiembre de 2012

Gran Canaria: ¿cuál es el turismo que queremos?



Las Islas Canarias ofrecen al  viajero  una gran variedad de paisajes y un clima envidiable y esto hace que el turismo sea su principal actividad económica. Es por ello que hay un sin número de ofertas y descuentos en todo el sector, como por ejemplo las ofertas coches de alquiler en  las islas, así como los restaurantes, las gasolineras o las tiendas de alimentación, son solo algunos ejemplos de negocios que se benefician indirectamente del boom turístico, pero hay otros sectores que se movilizan con él.

Hablando de los coches de alquiler, cabe destacar que ésta no es sólo una actividad que realicen los turistas que llegan, sino también las agencias de viajes, grupos de jubilados y escolares, etc. Y todo este tráfico genera ingresos en forma de impuestos o peajes, por ejemplo. Pero el turismo no sólo genera ingresos, también conlleva gastos, económicos y, lo que es peor, ecológicos.

Los expertos aseguran que Gran Canaria en particular y España en general, deben replantearse su modelo turístico. Basar nuestra imagen país en turismo de ladrillo y borrachera genera efectos nocivos para el medio ambiente, ya que con frecuencia se construye en, o cerca, de zonas protegidas; además las hordas de turistas que sol, playa y alcohol generan  gastos sanitarios y en seguridad y limpieza urbana, además de los perjuicios generados por la conflictividad, el tráfico de mujeres que acompaña a la prostitución, el alcoholismo, el ruido para los vecinos… por poner sólo unos ejemplos.

Frente a estos desafíos surgen alternativas sostenibles como el turismo rural, que, si bien tiene impacto en el entorno que lo acoge, es un impacto menor, ya que aprovecha y regenera viejas infraestructuras como viviendas antiguas y va muchas veces acompañado de la reconstrucción de pueblos, de la práctica de agricultura ecológica, de coches de alquiler eléctricos o de tracción  humana, como la bicicleta o el remo.

Uno de los ejemplos de pueblos tradicionales que están desarrollando un modelo de turismo sostenible es Vega de San Mateo: poco explotado por el turismo tradicional, el municipio está despertando al turismo rural, lo que abre unas enormes posibilidades a, por ejemplo, el enoturismo, ya que la región es vinícola.
Los expertos alertan de que el abandono del campo y de la agricultura son críticos en las islas. Está en la mano de las Administraciones revertir esa tendencia, pero no sólo: también depende de nosotros, de nuestras elecciones, emprendimientos y de nuestro modo de vida.

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